LA LITERATURA ESTÁ EN LA VIDA

Siempre me gustaron los balcones.
El balcón te permite elegir tu exposición. Es un espacio interior que se asoma al exterior. Que se muestra y se reserva.
Hay días que lo utilizas de observatorio. Miras sin ser visto, entre visillos, manteniéndote resguardado.
En días señalados, el balcón se abre de par en par. Voluntariamente te muestras, te haces presente, se convierte en un espacio público, de participación y comunicación.
Los hay engalanados y humildes. Primaverales y veraniegos.
Solitarios y concurridos. Ocupados por objetos, plantas, enseres y personas.
Descarados y discretos.
Mi imaginario me lleva al balcón en el crecí: más bien pequeño, cercano a la calle, tanto que se puede dar la mano al amigo reencontrado, hablar en susurro y compartir risas y confidencias. Pero que llegada la noche se cierra a cal y canto.


jueves, 1 de octubre de 2015

¡¡Ni una menos!!








Ni una menos

Ni una menos,
ni una muerta más. (bis)

Basta de tantas asesinadas
por machos femicidas,
que odian al amparo
de esta sociedad.

Basta de mirar para otro lado,
que aquí nada ha pasado
ya la prensa machirula
armó el crimen pasional.

Ni una menos,
 ni una muerta más. (bis)

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Ni una menos,
ni una muerta más. (bis).

Basta de escupir su misoginia
sobre niñas y mujeres
personajes vergonzosos
de la escena nacional.

Basta de negar esta emergencia
ningunear a tantas muertas 
terrorismo femicida
sois el alma patriarcal.

Ni una menos,
ni una muerta más. (bis).

Ni una menos, no más muertas,
¡Basta!